La verdad de la riqueza

Séneca nos transmite en una nota en “Consolación a su Madre Helvia” las semejanzas de los ricos y los pobres. Por ejemplo, “cuando en viaje han de reducir su equipaje”. Dejándonos claro que en realidad la riqueza no es algo más que simplemente riqueza, que no ha de cambiar la personalidad de las personas ni el trato que estas reciben de los demás.

Scott Fitzgerald, en uno de sus famosos libros comienza el cuento con la siguiente frase: “Permitirme que os hable de los que son riquísimos, son diferentes a nosotros”. Posteriormente, unos años más tarde, su gran amigo y escritor Hemingway cita una frase respondiendo a esta anterior de Fitzgerald: “Si, ellos tienen más dinero”. Queriendo dar a entender que no se diferencian en más que en la cantidad de dinero que tienen.

Personalmente, estoy de acuerdo con Hemingway, con Séneca y con Fitzgerald. Con los tres a la vez. Déjame explicarte por qué para que lo entiendas y te ayude a contrastar tu perspectiva con la mía y sacar una opinión más clara sobre esto. El dinero, está al alcance de todos, en mayor y menor cantidad, con más oportunidades para unos que para otros, con diferencias en la escala de facilidad de conseguirlo etc... El tema aquí es el siguiente, ¿acaso una persona por tener dinero ha de ser más respetada que otra que no lo tiene?

Pues bien, no hay un sí o un no para todos los casos, ya que, hay dos formas de conseguir dinero, con esfuerzo o sin esfuerzo. Hay quien decide esforzarse en crear una empresa y a pesar de las adversidades estudia la mejor manera de sacarla adelante y trabaja duro en ello o hay quien simplemente recibe una herencia que representa el esfuerzo de sus parientes, gana un premio de dinero por una simple apuesta o gana un sueldo increíble realizando un trabajo a desgana y sin esforzarse por ser mejor y contribuir y aportar más a los demás.

Asimismo, hay mucha otra gente que se esfuerza en su día a día al máximo en lo que hace y no genera unas cantidades enormes de dinero. Esto puede estar relacionado a las pasiones de la persona que realiza el trabajo, ya que un maestro, por ejemplo, cuyo propósito es enseñar a los niños a cómo prepararse para la vida o una simple lección de matemáticas puede emplear el mismo esfuerzo y trabajo en su deber y vocación que mucha gente rica en el suyo y no estar ganando ni un 5% de lo que ellos ganan.

Desde esta perspectiva, podemos “juzgar” a las personas por su capacidad de esfuerzo para realizar bien su trabajo o las acciones cotidianas que requieren para llevar una vida plena y no solamente por el envoltorio exterior (dinero) de una caja que recubre el interior de esta misma (esfuerzo, trabajo, propósito, buena intención). Por tanto, considero que no debemos mirar solamente a lo que se aparenta, si no a lo que verdaderamente es. “Conocer antes de juzgar”

Para practicar en el día a día.

Sé consciente de tus prejuicios cotidianos y simplemente date cuenta de que estos existen. A continuación, trata de conocer más a fondo la situación que tu mente ya ha etiquetado según tus experiencias antiguas y juzga esa circunstancia, persona o cosa por lo que realmente es y no por lo que aparenta ser. Es un ejercicio simple pero complicado, hay que saber reconocer el esfuerzo de la gente y en muchas ocasiones alabarlo, no criticar.

Aprendo Estoicismo

Esta Newsletter está inspirada por el libro "Diario para estoicos de Ryan Holiday y Stephen Hanselman".

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